Donde Sofovich era el padrino y Susana, Moria y Olmedo arrasaban
El empresario Daniel Lalín intentará recrear en la Recova de Posadas “el espíritu y calidez” del bodegón emblema de la bohemia porteña creado por Pepe Fechoría. De los Reyes de España a Carlos Menem y Raúl Alfonsín; de Tony Bennett a Ricky Martin y Luis Miguel, por qué todos en Buenos Aires querían sentarse en sus mesas
Susana Giménez, Pepe Parada y Pepe Fechoría. El restaurante fue emblema de una época irrepetible de la noche, el espectáculo y la bohemia porteña
Decía que era el creador de los ñoquis del 29. Y aunque es probable que eso sea parte de la leyenda que sobrevivió a su mítico restaurante de Córdoba y Acuña de Figueroa, es cierto que Pepe Fechoría –José Alberte, en realidad– inventó una forma de fiesta gastronómica que reunió por más de tres décadas al espectáculo, la política, el deporte y el periodismo vernáculos. Y que la simpleza de sus “ñoquis a la gauchito”, con salsa de tomate, albahaca y crema gratinada, merecía el mito. Si los clientes hacían cola todas las noches hasta la una de la madrugada, los 29 la cita era impostergable.
La especialidad de la casa llegó a ser popularizada en La peluquería de don Mateo, el sketch del más célebre de sus habitués, Gerardo Sofovich, a principios de los 80. En el programa, una espléndida Luisa Albinoni se sentaba frente a un teléfono público de Entel y repetía cada vez el mismo gag: “¿A que no sabés lo que me encontré detrás de un árbol, mami…?”.
Cuando las cámaras se apagaran, el grupo terminaría, invariablemente, en la intocable mesa que Pepe Fechoría reservaba en sus dominios para Sofovich: al fondo, delante de la caja, para que pudiera ver todo lo que pasaba, quién y con quién llegaba, a quiénes saludaban, con quiénes se iban.
Crónica TV recuerda a Pepe Fechoria en el día de su fallecimiento
con una nota realizada cuando todavía se encontraba en Bs. As.
Olmedo festejando su cumpleaños en Fechoría, con Pepe, su dueño (a la derecha), Susana Giménez, Monzón, Tato Bores, Pepe Parada, Stella Maris Lanzani y Calabró, entre otros
Ese “espíritu y calidez” busca recrear ahora el empresario Daniel Lalín en la Recova de Posadas, donde desde la última semana de abril volverá a abrir sus puertas Fechoría en el local en donde funcionaba otro clásico, Sorrento. Había estado cerrado durante la pandemia hasta que el ex presidente de Racing propuso quedárselo y hacerse cargo de los mozos. De nuevo en funciones, hoy le entregan a los clientes una tarjeta en la que avisan que pronto pasará a ser Fechoría.
“Quiero tratar de dar la amabilidad y la atención que daba Pepe. Que vuelva a haber un lugar abierto hasta tarde esperando a los artistas. Quiero que vengan a comer relajados, sin que nadie los empuje a que se vayan, que puedan tomar un trago en la barra, charlar y pasarla bien. Y que sea un restaurante antigrieta: tengo amigos de los dos lados, y todos serán bien recibidos”.
Local de "Fechoría" en Santa Fe y Callao que funciono en 2018
Local de "Fechoría" en Santa Fe y Callao. Jacobo Luis Winograd, Rubén Cabaleiro (El magos sin dientes) y grupo de amigos
Lalín compró la marca hace unos años y ya lo intentó en 2018 en el espacio de Santa Fe y Callao que albergó a La Madelaine –que en su momento también reunió a famosos y bohemios trasnochados con su cocina abierta hasta pasada la madrugada–, pero la aventura duró menos de un año. Cliente del viejo restaurante, no pierde las esperanzas de hacer otra vez de ese nombre “un lugar de encuentro de artistas y también del ambiente del fútbol, en el que tiene muchos amigos”.
Local del Restaurante "Sorrento" que funcionó hasta antes de la pandemia
La idea de alargar el horario hasta altas horas de la noche fue justamente lo que hizo de Fechoría un punto de reunión de figuras del espectáculo que iban a la salida del teatro. Aunque todos creían que ese gallego simpático y hablador era el dueño, él era la cara visible de una sociedad multitudinaria formada por los ex empleados del Bar Güemes en 1959. II Vero Fechoría se hizo fama por su menú de buena calidad y de precios económicos.
El Día del Padre de 1987, Alberto Olmedo cena con sus cinco hijos (de distintos matrimonios) en el restaurante Fechoría, de la ciudad de Buenos Aires
Mesa clásica del restaurante Fechoría en 1972. Entre ellos David Viñas, Fernando Ayala, Pepe Soriano y Héctor Olivera
El gran amigo de Pepe era el cantante Alberto Cortez, con mesa reservada en cada una de sus visitas al país. Entre los internacionales, tampoco faltaban nunca Joan Manuel Serrat, Paco de Lucía, los jovencísimos Luis Miguel y Ricky Martin, Julio Iglesias, Joaquín Sabina, José Sacristán, Luis Eduardo Aute, Ana Belén, Víctor Manuel, Lola Flores, Charo López, Raphael, Nati Mistral y Silvio Rodríguez. Y hasta Charles Aznavour, Ginger Rogers, Johnny Weissmuller, Tony Bennett, Jessica Lange, Alberto Sordi y Vittorio Gassman.
Moria Casán cuenta: “El día que me saludó Gassman casi más me muero. En ningún otro lugar vi más figuras, ¡era la embajada de España con jamones en el techo, la embajada de todos los artistas: podías ver a un presidente, jugadores de fútbol o (al cantante griego) Demis Roussos, que me miró y me mandó un piropazo de aquellos…”, Moria solía llegar junto con Mario Castiglione a la salida del teatro. Como a una Sharon Stone en Casino, otros testigos de la época, como el propio Pagani, la evocan entrando “arrolladora” y “monumental” al local de Córdoba al 3900. Según recuerda la capocómica: “Yo llamaba a Pepe Fechoría y le avisaba que iba a las 3 de la mañana, después de las funciones de los sábados. Era parte de nuestro ritual, porque en el teatro teníamos dos funciones todos los días y tres los fines de semana, por lo que yo durante cincuenta años no supe lo que era comer en mi casa. Y él, que era un gran anfitrión, nos esperaba con el antipasto de la casa o nuestro plato preferido, la ensalada con palta, atún y huevo, o las albóndigas con endivias, ¡todo era rico!”.
Carlos Monzón, Pepe Fechoría y susana Gimenez, década del 70
Alberto Olmedo en una de sus noches interminables.
Los
años gloriosos
El Negro Olmedo también tenía su mesa, en la que algunos dicen haberlo visto serio y distante, comiendo solo aunque todos los demás fueran a ese restaurante a mostrarse acompañados. Sin embargo, también era habitual que se sentara con amigos entrañables como Moria y Tato Bores. La diva cuenta que la invitaba y le proponía: “Hoy comemos la comida de los mozos”. “Me lo anunciaba por lo bajo mientras hacíamos el sketch –se ríe–. Entonces comíamos lo que hacía José, que era uno de los cocineros. Decíamos: ‘¿Qué hay de rico hoy?’ Y Pepe contestaba en gallego: ‘¿Qué querés que te prepare?’ No había protocolo, era muy divertido. Nos juntábamos en las mesas y el after seguía hasta cualquier hora, esperábamos al diariero que entraba a vendernos los diarios del domingo. Era brutal, eran los años gloriosos, y todos caían ahí.”
Susana Giménez con Carlos Monzón, Graciela Borges, Leonor Benedetto, Susana Traverso, Tato Bores, China Zorrilla, Soledad Silveyra, Ana María Picchio, Juan Carlos Calabró con la Coca, Hugo y Celia Sofovich, Héctor Alterio, Norma Aleandro, Julio de Grazia, Héctor Ricardo García y Ethel Rojo, Coco Basile –otro con plato en su honor: “los espaguetis al estilo Coco Basile”–, el Turco Asís, Raúl Alfonsín. Cualquier cosa podía pasar una vez que esa mezcla variopinta de almas nocturnas empezaba a pasearse de mesa en mesa.
Graciela Borges
Iliana Calabró, lucho Avilés, Pepe Fechoría, Lidia Satragno, Juan Carlos Calabró
A principios de los 90 comenzaron los problemas económicos y un poco por eso y otro porque la ciudad multiplicó su oferta gourmet, . Fechoría terminó cerrando en 1996, y Pepe le dio su nombre a un nuevo restaurante en Puerto Madero y a otro en la calle Juramento, pero sin la misma suerte. En 2005, José Alberte volvió a su pueblo de Galicia para vivir sus últimos años, y murió en 2016, a los 85.
Pepe Fechoria, Alberto Olmedo, Adrián "Facha" Martel.
En el nuevo local de la Recova, la carta será mediterránea e india, y habrá pato, faisán, ostras, pulpo y centollas del Sur. “El menú del viejo Fechoría era antiguo y, con la pandemia, el consumidor de restaurante aprendió mucho más de gastronomía y se volvió más exigente. Vamos a ofrecer una cocina de categoría por un cubierto que rondará entre los $2500 y los $3000 con un buen vino”, dice Lalín. Pero anticipa que entre los platos, donde la vedette serán el pescado fresco y los ravioles –de centolla, de calabaza, de ricota con nuez y de pato–, no faltarán los míticos “ñoquis a la gauchito”.
No podemos saber si Pepe Fechoría realmente inventó los ñoquis del 29, pero ¿quién podría negar que fue el creador de una manera de encontrarse, de un restaurante al que las estrellas iban a comer como en su casa en una Buenos Aires que nunca dormía? Aunque muchos de sus protagonistas ya no estén, algo de esa bohemia porteña de otra época hará resurgir la ilusión el mes que viene, cuando el cartel con su nombre se levante sobre la calle Posadas.
José Alberte Rodríguez, más conocido en la noche porteña como Pepe Fechoría